martes, 14 de abril de 2015

Sentidos, usando los sentidos, nostalgia de ti, agua y música


Conectados por una red invisible, revisando la letra pequeña de whatsapp y escuchando aquella canción, la primera canción. 
Una melodía que no necesitaban escuchar para tener que bailar en silencio los dos juntos, abrazados y deslizando sus pies descalzos sobre la madera tibia de aquel pequeño refugio donde se amaban sin mas.
Solo una canción, un lento swing y piel sintiendo piel, el delicioso sabor de aquellos labios y una vela de fondo, y el recuerdo, un dulce recuerdo que mitigaba la cruel ausencia de su divina presencia.


Recorrer su calle, vagar por la ciudad buscando una falsa casualidad que volviese a provocar aquella musica, sentir la fuerza de un pecho comprimido por un miedo visceral a la pérdida de algo que jamás poseyeron ninguno de los dos pero que sintieron ambos por momentos, instantes donde el tiempo carecía de entidad, solamente era, su tiempo, el de los dos, de nadie mas.

Nada es para siempre, ni siquiera los recuerdos, que falsa sentencia, nadie puede borrar esos minutos, nada.
Ella, buscaba su norte, él ordenar un caos y recuperar el control de su propia vida, y se sintieron perdidos en un mar de silencio donde ya no sonaba su canción, y la buscó a ciegas como un loco, quemó cartuchos que jamás debieron salir del polvorín tratando de recuperar su canción junto a ella y cuando ya parecía que nada volvería a ser igual, escucharon de nuevo la música, estaban buscando lo mismo en distintos lugares y a distinto paso, imposible bailar sin ritmo, son cadencia y sin aquel swing que, conocían ellos dos, y que aquella corta travesía sobre paralelos perpendiculares aislados entre si, fué un punto de inflexión, el momento del estallido de una divergencia incomoda que los estaba dejando sordos.

Y volvió a fluir el arroyo de sentimientos, cada uno con los suyos, con sus propios ritmos y necesidades, pero sabiendo que eran agua corriendo, que así eran y así debían permanecer para poder discurrir a favor de corriente para llegar a un futuro mar común.
Y la música sonó, clara como nunca.
Sonó

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