Ya tengo una edad y si voy dejando pasar los días, al final, se me olvidarán las cosas, así que vamos a recordar algunos momentos del viaje.
Vigo, esa ciudad esquiva, que todavía se me resiste a pesar de ser a la que más ganas le tengo, despertó conmigo y me puse a caminar rumbo a Redondela disfrutando de la ría y descubriendo algún lugar interesante y pintoresco.
Las etapas se han reducido considerablemente y ello me permite mejores tomas, por contra, me he quedado sin internet y los vídeos se acumularán a lo largo del camino, además el tiempo jugará en nuestra contra prácticamente todo el camino, aún así, lograre actuar todos los días.
Paso tras paso, Redondela, primera muesca en la suela, la mochila con la que hago esta gira, es nueva y mi espalda lo agradecerá, como siempre, contacto con las fuerzas vivas de la ciudad y promoción del evento, contactos varios que en el futuro me serán muy útiles.
El primer auditorio para mi solo de mi vida, el multiusos de Redondela, con dos espectadores, un Polaco y un Canadiense, y primer giro sobre el plan previsto, actúo en inglés, por que aunque parezca una locura y de la impresión de perro flauta, con todos mis respetos para ellos, nada más lejos de la realidad, me considero ya, un profesional, en permanente formación, y aunque mi público se reduzca a una sola persona, no cancelo,actúo para quien haga falta y cuantos haga falta.
Pontevedra será una plaza interesante, la prensa local conoce el proyecto y me dan cobertura, lo cual hará más fácil el resto del camino.
La longitud de las etapas me permiten poder parar además en los ayuntamientos intermedios a contar mi proyecto, los contactos son importantes y si además te ven sobre el terreno, mejor que mejor.
Y Llego Caldas de Reis, reencuentro con algún peregrino, como Duncan, el canadiense, y descubrimiento de una ciudad hospitalaria donde las haya. Gran éxito de afluencia a la Plazuela y además, descubro a Sesi, un gran hombre, locutor de pro en la emisora municipal, y es que en esta ocasión, al contrario que durante el viaje a Madrid, me he parado más a dados a conocer gente, personas que me conocen y me dejan que las conozca, seres humanos interesantes, grandes personas que al igual que tu, que ahora me lees, pasan desapercibidas normalmente fuera de sus círculos habituales de acción. Me gusta conocer gente me gusta mostrar las buenas cosas que hay, así que a partir de ahora pasará mucha gente por aquí, disfrutaos los unos a los otros, merece la pena.
Durante esta corta travesía a nacido un nuevo deporte, el peregrining pass, me he vuelto loco y en mi cabeza me he comenzado a montar competiciones con los peregrinos, a ver cuantos soy capaz de adelantar, soy el Fernando Alonso del camino de Santiago, animalito.
Valga, pontecesures, Padrón y subo al convento de los padres franciscanos de Herbón, cuna leal pimiento de padrón, además paso por delante de la casa de Rosalia de Castro y me meto en otra casa de dueño desconocido, en ruinas, cualquier día me se cae una viga en la cabeza, pero me llaman casi tanto como las vías de tren y las viejas estaciones, esas puertas desvencijadas, esas historias de familias en el aire, y el tiempo destrozando la memoria de esas paredes, le dan un punto romántico que me obligan a no pasar de largo.
Destino final, Santiago de Compostela, donde me reuniré nuevamente con Mickel, el polaco, el peregrino de Redondela.
Esta vez he conseguido llegar al final del camino previsto, pero no me quedaré, reclaman mis servicios de fraile en la Isla de San Simón, así que un tren me llevara a Redondela para que Ramón, el patrón, me acerque a la isla desde el puerto de Cesantes. Un congreso de médicos y una orquesta me esperan en la isla para iniciar la visita teatralizada por los rincones de un enclave un pelin negro en la historia reciente de este país, entre otras cosas.
Vuelta a casa y mucho trabajo por delante.
El camino está lejos de haber finalizado.
