Del trato exquisito que me dieron en A Cañiza, pasé al recorte en cultura mas brutal que se puede dar en el Concello de Celanova, donde, eso si, la Policia Local me trato genial y la gente del pueblo mejor aun.
Conocí a otro Tito y a su familia, además de otra mucha gente, pero esta familia fué especial, pues me ofrecieron su casa para pasar la noche, invitación que rechazé para no ser tratorno en el ritmo de la familia, pero despues de actuar en la preciosa Plaza Mayor de Celanova, me acercaron a un sitio mágico, Saumede, una pequeña aldea a pocos kilometros de Celanova donde un grupo de jovenes, franceses en su mayor parte, están reconstruyendo el pueblo constituidos como asociación, alli me invitaron a cenar y a dormir.
La actuación pese a no tener demasiado público, fué un exito, y es que los pequeños y no tan pequeños no se esperan que nadie llegue a sus plazas y monte estos pequeños caos donde la nota predominante es la risa de la audiencia a medida que pasan las situaciones de la historia, sobre todo cuando el saco se abre y comienzan a salir Esos extraños cacharros de mi papá.
Seguiremos informando.
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