domingo, 31 de mayo de 2015

Hormiguitas

Un camino negro serpenteante y salpicado de múltiples motas claras, acostumbraba a colocar mi mano en medio del camino de aquellas pequeñas con fama de trabajadoras incansables, sin embargo me imagino que no solo consumen sus vidas paseando y cargando alimentos para el invierno, pero en el imaginario popular esa es su labor, las incansables hormigas, una vida dedicada al probo trabajo, asentada en una moral recia, el mejor ejemplo para los seres humanos, esos perezosos bípedos que necesitan de tablas y catones, infinidad de reglas y normas que seguir con el único fin de ser respetables ciudadanos que han de ganar su pan con el sudor de sus frentes, mientras tanto, entre trabajo remunerado y fiscalmente gravado, se nos pasa la única oportunidad que tenemos en nuestras limitadas y mortales existencias, la de vivir.

Desde bien pequeños nos programan, a conciencia, nos insertan conocimiento, mucho conocimiento, años y años de aprendizaje, pero... conocimiento útil? No se no se, el instinto de las hormigas no se pierde, ellas no saben por que, pero recolectan alimento, construyen hormigueros y rinden pleitesía inconsciente a su reina, sin cuestionar jamás esa jerarquía preestablecida por la madre naturaleza, esa que dicen sabia pero que sin embargo podríamos calificar mas como, cruel y despiadada, claro que, la naturaleza, no posee condición humana alguna, por tanto, ni sabia ni cruel, el orden natural es así, no le demos mas vueltas. 

Y durante todos estos extraños procesos, el ser humano que ni es ni será el centro de un universo infinito, trata de dotar de cualidades antropomorficas a todo cuanto le rodea pues, la estupidez es casi tan infinita como ese universo que tratamos de descifrar y comprender, nos es mas sencillo equiparar en forma y condición a todo nuestro entorno conocido e incluso al desconocido, al extraterrestre, que por definición, somos todos los seres de este vasto planeta, salvo los tubérculos y las criaturas que viven bajo nuestros pies, que posean cualidades humanas nos hace parecer menos idiotas y en consecuencia mejor.

El sentido de la vida es... quien lo sabe, lo mas seguro es que el sentido de la vida escape a nuestro entendimiento pues, lo único seguro es que, nos espera la muerte, esa consecuencia natural de la vida para la que, ningún doctor, científico o mente privilegiada, ha hallado vacuna todavía, nila encontrará, moriremos y mientras tanto seguiremos teniendo pavor a su llegada, la famosa angustia vital, todos la hemos sentido en alguna ocasión y algunos mitigan esa desagradable sensación con la vana esperanza de creer que existe otra vida una vez que termina este recorrido llamado vida, nacemos, crecemos, nos relacionamos para preparar la reproducción, criamos a nuestros cachorros y llegado el momento, morimos, siempre hemos hecho esto, eso si, durante la corta estancia del ser humano como especie, nos ha movido de alguna manera la búsqueda de la belleza, desde las cuevas de Altamira hasta las bóvedas que presiden las plantas de cruz de las ostentosas iglesias, también hemos ido tratando de hacer más cómoda nuestra existencia tratando de escapar de la vida laboriosa de las hormigas, pero, hemos evolucionado tanto? me parece que no, en el fondo seguimos regidos por el mismo orden natural que nos regia allá por la edad de los metales, y seguimos matándonos por el territorio y sus recursos, solo que ahora nos hemos vuelto más cobardes y somos capaces de hacerlo a distancia y por recursos que no nos aseguran la comida como antaño, hemos dejado de sobrevivir, al menos en los países mal denominados, desarrollados que, además, tienen la desfachatez de cuestionar los hábitos y costumbres de aquellos que denominan subdesarrollados.

No se, quizá no estaría mal vivir un proceso kafkiano, dejar de ser por algun instante, humanos, o al menos, no vivir condicionados por reglas éticas y morales, si no simplemente por procesos aleatorios comandados por el propio instinto animal. total, no tenemos tanto que perder si no olvidamos nuestra condición. de mamíferos vertebrados vivíparos limitados e indefensos.

Vendo un cerebro, pocos kilómetros itv pasada.

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