jueves, 11 de septiembre de 2014

Escuela de teatro

Todavía estaba la escuela en Bouzas, un pequeño barrio de Vigo, cuando me presenté a las pruebas de acceso de la ESAD, era más joven, seguía siendo un inconformista y tenía ganas de aprender más acerca de la profesión que procuro honrar cada vez que me subo a un escenario.
Por aquel entonces alternaba trabajos esporádicos en los qeu daba rienda suelta a mis personajes, trabajaba los fines de semana con otro actor y amigo, Rony Macarroni, ahora Rony Flamingo, dos payasos en la carretera, quimica sobre las tablas y magia entre nuestros personajes, eramos dos fans de Monty Pithoon y Faemino y Cansado, trabajando para los niños que se quedaban atónitos ante nuestros giros cómicos y las risas de sus padres. Rony Mcarroni y Tito Spaghetto, Todo por la pasta!!
Durante la semana y, después de salir del trabajo en un bar de la ciudad, oficialmente soy un actor de libor ya, me formaba con un granda, H.Ch. Hazelwood, hombre de teatro y mundo, que pulió mis innumerables vicios de Clown y me reconvirtió en actor de Cabaret, años de videos, lecturas ensayos actuaciones y lecciones en voz muy baja, casi susurrando, como contrapunto Enrique Barros, nuestro Cuate, pegado a un piano y lleno de energía, nos educó la voz y supimos distinguir entre menores y mayores, blancas, negras, calderones y canones al ritmo del Charleston, y allí se me grabó a fuego la premisa de que "El teatro es un instrumento de hacer pensar" que la palabra es la mejor herramienta para el actor y que cada letra, cada coma, cada matiz, es importantísimo, que para ser actor hay que leer y sobre todo ver mucho teatro, buen teatro, para saber como se hacen las cosas, y mal teatro, para percibir como no, se deben hacer las cosas.
Y llegó la hora de debutar con una compañia profesional, ensayos e ilusión rodeado de compañeros en Lolas, El Músical, todo esto entre la voráginme de preparar las pruebas de acceso tras haber superado la primera criba con una nota de 6, por acreditación profesional.
He de reconocer que soy un vaguete, que necesito que me pongan las pilas para preparar los textos y en ese error de bulto, fué pasando el tiempo, uno se confía y piensa, tengo recursos, no soy nuevo en esto, lo sacaré adelante, pero no, llegado el momento de la verdad, esta profesión te enseña que, si no hay trabajo detrás, no hay resultado, conclusión, no pase el corte, pero como siempre, loco optimista, extraje una lectura y una lección, además de conocer a una persona que hasta hoy, siempre me ha apoyado y animado en mi carrera, Oscar Codesido, Gracias maestro!!!
En todo este proceso, uno tambien sabe que la escuela de teatro está bien, aunque tenga carencias, que nadie va a salir siendo la Xirgú si no tiene una vocación y un talento previos y que uno tambien aprende rodeandose de actores y actrices mejores que uno, que en mi caso, tampoco era tan difícil, y puedo asegurar que a día de hoy, sigue siendo igual, ser un principiante cada día te ayuda a querer aprender mas, a conocer mas y a querer mejorar mas.
Reconozco que, la titulitis se ha instaurado en esta nuestra sociedad, como diría el gran José Luis Gil, y que las escuelas están para ofrecer los mimbres iniciales del cesto de un fúturo actor, me gustaría que, en todo el sistema educativo, hubiese mas fondos para destinar a la buena educación del alumnado y que en las escuelas de teatro, se viese teatro, se viviese teatro y que este ambiente contagie a la calle, supongo que la Institución Libre de Enseñanza es ya una utopía, pero no estaría nada mal volver a tenerla entre nosotros, o las tertulias del café Gijón, pero también hay que decir que hay muchos docentes que son actores y trabajan, y mucho y muy bien, y esos son los que marcan las carreras de esos futúros actores, escenografos, directores y dramaturgos.
Yo, seguiré por otro camiuno mi formación, pero tengo la suerte de trabajar con gente muy muy buena, como Cristian de Samil, Susi, Javier, Olivia, Caterina... y toda la compañía que ahora representamos La Bola Mágica, y sigo viendo teatro, descubriendo nuevos modos y estilos y me sigue apasionando y disfruto tanto encima del escenario como en el patio de butacas.
Pero, que nadie se crea que hay un punto en el que ya no se aprende nada mas, no, ni mucho menos, necesitariamos muchas vidas para ello, yo, aspiro a morirme cual Moliere y pendiente de aprender un nuevo metodo.
Nos vemos entre bamabalinas!!! Mucha mierda!!

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