miércoles, 19 de febrero de 2014

Underground

Horas, horas, horas, puertas, puertas, puertas, mail, mail, mail y pasos, muchos pasos unidos a trabajo trabajo y mas trabajo, para poder subir con ánimo al escenario una y otra vez, probando esa droga dura llamada aplauso, que nos engancha, que nos hace intentarlo una y otra vez.
Alimentamos nuestro ego y nuestro alter ego, para mitigar las neurosis, las dudas existenciales, la eterna pregunta que ronda las mentes inquietas de aquellos que, nos queremos dedicar a crear.
en breve, habrá pasado un año ya, lleno de vivencias, de miedos perdidos, de primeras veces y de batacazos memorables, de los que no queda mas remedio que sobreponerse y continuar.
Ahora toca consolidar todo el trabajo anterior, llevar la evolución hacia donde Darwin nos indicaba, la supervivencia de la especie, rara avis, pero avis al fin y al cabo, anormal y algo loco.
Un 13 de marzo descolgué el teléfono y llamé a un viejo amigo, alguien que, pese a no haber estado durante algunos años en mi vida diaria, siempre ha estdo ahí, desde pequeñitos, compartiendo mis chifladuras y muchos momentos, todos buenos.
Podía haberme mandado al carajo, seguramente hubiera sido lo mas normal,. pero aunque él todavía no lo sabía, ya era anormal.
Puede que yo tuviera una idea, pero sin él, no hubiera dado un paso en la dirección correcta, o algún paso más en algunos momentos dificiles, hemos compartido el dolor del camino, las buenas sensaciones, aprendido de los errores y crecido juntos este último año, quizá mas que en muchos años de nuestras vidas.
Somos trabajadores underground, señores de las sombras, sacando adelante el trabajo sucio, el que no se ve, pero que es imprescindible para que Manu y su familia puedan cobrar vida, por suerte, semana a semana.
Da igual que te nombre o no, esta entrada es para ti, por que sacrificas tiempo de tu vida por mi, por que tienes siempre la palabra justa y reconoces tanto el mal, como el buen trabajo, por que aprendo de ti, y quiero ser como tu, un tio noble, altruista, buena persona y leal, imagino que flaquearé en algún momento, pero lo seguiré intentando y cuando menos te lo esperes, estaremos en la terraza del chalete.
Será un aplauso solitario, pero es el que mejor oiremos, el mio para ti.
Feliz vida, gran amigo!!
GRACIAS

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