Lunes, me gustan los lunes

Buenos días, ya es lunes, acabo de volver al trabajo, queda mucho por hacer y muchas ganas de hacerlo.
En cuanto Paula me diga comenzamos con los ensayos, sigo buscando información para el vestuario y esta mañana me he acercado a Martínez Garrido a ver las zapatillas, pero la tienda de danza ya había cerrado.
Si, cerrado, como muchos otros comercios y negocios que, gracias a la flexibilidad de las condiciones de la administración de esta nuestra comunidad, una vez que una persona tiene una idea y decide ponerla en marcha, suena un timbrecito y... toca abonar, si si, antes de haber generado ningún tipo de haber, ya empiezas con un debe.
La agencia tributaria ahora quiere que los novios declaren sus bodas, se ve que la SGAE no pudo meter toda la mano que pudo en el tema, pero es que no puede ser que a todos aquellos que tratan de sacar la cabeza fuera del agua para respirar, venga un ente, burocráticamente autorizado y les planten un pie encima de la cabeza. Parece que debemos tocar fondo continuamente para que unos pocos se puedan repartir el pastel en grandes trozos.

Después gente como el señor Montoro, gime cual plañidera si los capitales no se declaran, eso si, a las grandes compañias les regala hasta la vaselina para que sodomicen al completo de la sociedad, agradecen a la banca privada sus magnificas gestiones por su gran interés y exterminan la banca pública, las hordas semíticas han abandonado el gueto y la usura legal nos inunda, da gusto, da gusto.

Que nos recorten que nos recorten, yo ya he metido la cucharilla de café en la mochilla para tomarme el jarabe genérico y una versión reducida del Quijote en formato sms, que es el futuro de la educación nacional, claro está que, religiosamente bien enseñados, los niños con los niños y las niñas con las niñas.
Ahora más que nunca tengo que salir a la calle, ahora más que nunca hay que despertar y gritar, "!!Basta ya!!" sacudámonos ese estúpido miedo que nos han impuesto y demos pequeños grandes pasos, os espero en las calles.