viernes, 7 de agosto de 2015

Hasta siempre Maestro

Existen días en los que me gustaría no tener dedos, para no tener que escribir que, un amigo se ha ido antes de lo ninguno huibiesemos querido, pero se ha ido, nos ha dejado con un palmo de narices, igual que cuando nos deleitaba con sus juegos de manos subido a un escenario proclamando que era la actuación de su despedida de los escenarios.
Yo lo conocí precisamente en una de ellas, durante el concierto de nuestro amigos comunes, Miguel Vigil y Lorenzo Azcona en La Flauta Mágica, en pleno centro de Madrid donde había llegado el día anterior con mi fisura en el pie.
Habiendo sido integrante, uno de tantos miles, de Los Inhumanos, conocido mundialmente por ser el encargado de los efectos guturales de las grabaciones, era, como me duele usar el pasado, un tipo de lo mas humano, nos caimos bien enseguida y así sin una razón lógica, se preocupó por mi, un joven actor de provincias, el día que dije que iba a Madrid a actuar a Rincon del  Arte Nuevo y, me consigió un bolo en el Albatros Tex Mex de Vicálvaro.


Lorenzo, Jaime y Miguel


Jaime en el Albatros el día de mi bolo

Pasamos buenos ratos conversando en Rincon, con Sergio Pelines y Miguel Vigil, nos reimos y compartimos momentos, momentos que no podremos repetir porque se nos ha ido a, no sabemos donde, pero se ha ido.

Querido amigo, me hubiese gustado poder verte, me hubiese gustado volver a reunirnos delante de unas cañas, conversar en la acera mientras apurabas tu sempiterno cigarro, y sin embargo, solamente puedo escribirte desde aquí con un nudo en el estomago, y conteniendo las ganas de llorar, algo que no te hubiese gustado, a ti, que siempre tenías un momento para el chascarillo, para arrancar una sonrisa a tu público y a tus amigos, hoy solo puedo decirte, hasta siempre maestro, gracias por todo.

No te olvidaremos

No hay comentarios:

La memoria de los pies. Diario de un anormal. Presentación de la 6ª Edición

     Hace 10 años y 6 ediciones de una idea  Que cambió todo. Hace 10 años que decidí ser anormal. Así se lo hicimos saber al mundo con la a...