viernes, 7 de junio de 2013

Choco crispis

Si sales a la calle cualquiera de estos días y tus miradas se dirigen a las caras de los viandantes, que bonita palabra mezcla de calle y comida, verás algo que todos o casi todos tienen en común, ninguno sonríe por iniciativa propia, que triste.
Y es que el mundo es una mierda, si, pero ya lo era antes, y vale que las penas con pan sin menos, pero si obligamos a nuestra cara a trabajar un poco, ganaremos en arruguitas alrededor de los ojos y en salud, pensad, que peligroso imperativo, tarde o temprano, moriréis. No soy cruel, es así nos guste o no, y teniendo en cuenta que por desgracia solo tenemos una vida, quien fuera videojuego, deberíamos aprovecharla y pasarla lo mejor posible.
Pero  yo soy un anormal, menos mal.
Un día escuche una curiosa conversación:

- Hoy me siento buena persona
- Por? Qué te ha pasado?
- Acabo de apadrinar un niño Colombiano, mira que foto me ha mandado
- Que cara de indio no? Y cuándo te lo traes a casa con toda su familia?
- eh? No no no, yo lo apadrino, es genial, por menos de un café al día, ayudas a que tenga una buena educación, no te parece un gesto precioso
- No, me parece una mierda que te cagas
- Como dices?
- Digo que es una mierda, acabas de apadrinar a un niño que no conoces de nada, que te ha mandado una fotografía, y pienso que eres una gran hija de puta.
- Perdona, no te permito...
- Que no me permites, que te llame hija de puta por ayudar a un niño que no conoces? No te equivoques, me perece bien la ayuda a todos los niños desfavorecidos del mundo, olvidados por ese Dios al que cada domingo le días vuestro tiempo y dinero por verlo colgado de una pared en paños menores, pero me parece mal que siendo tu vecino de puerta, cuando te he pedido ayuda para dar de comer a mis hijos por que no llegaba a niños de mes, tu me torcieses el gesto y pensases, "Que trabaje, vago, farandulero" 
- Pero mira en que condiciones vive este niño, no te da pena?
- Pues no,  si te fijas en todas las fotos de vuestros ahijados virtuales, verás que todos sonríen, algo que tu con tu triste vida de opulencia y apadrinamiento, no haces jamás, la verdad es que la que me da pena eres tu, triste idiota de marca.
- Ah te has fijado 
- Claro que me he  fijado, si sois anuncios humanos, un quiero y no puedo, tratando de emular esas vidas de escaparate que veis en esas revistas donde todo el mundo parece feliz.
- Es que son felices, tienen unas vidas de película!
- Las películas son mentiras bien contadas, la vida es otra cosa, pero hace tiempo que has muerto y no te has enterado.
- Me estas fastidiando mi momento feliz, me voy.
- Muy bien, muy bien, cuando ese niño del que todavía no me has dicho su nombre venga a vivir a tu casa esa vida tan plena que llevas, avísame 
- Querrías conocerlo?
- No, querría rescatarlo antes de que descubra que la vida tan horrible que tenía en su pueblo natal, era un vidorrio en comparación con la mierda de vida que tienes tu, infeliz!,
.....
Continuará

Pero volviendo a los viandantes, que bonita palabra verdad? 
El clima general es de crispación, todo el mundo se ha metido en su smartphone, y se han olvidado de hablar con el vecino, y cada día que  pasa somos mas tristes, y más grises, lo cuales una pena, por que la vida siempre ha sido un asco si, pero lleno de color. Y en cuanto le pones  color y un poco de música a la vida, todo va mejor, y si dejamos que la música y el color entren en nosotros, dejamos de querer otras vidas y disfrutamos con lo poco que tenemos, que es más de lo que seguramente nos merezcamos, nos hemos atado a demasiadas cosas innecesarias, si nos dedicásemos a vivir simplemente, la crispación solamente sería un vago recuerdo, un lejano pasado que no olvidar, para disfrutar de un presente fugaz y único, el presente es el único momento que no se puede ni recordar ni predecir, es pura magia y solemos dejarla escapar con demasiada frecuencia.

No hay comentarios:

La memoria de los pies. Diario de un anormal. Presentación de la 6ª Edición

     Hace 10 años y 6 ediciones de una idea  Que cambió todo. Hace 10 años que decidí ser anormal. Así se lo hicimos saber al mundo con la a...