Volver a entrar en el pueblo y saber que estás en buenas manos, disfrutar de un entorno único y de unas gentes encantadoras me parecen razones de peso para venir.
La subida desde Crecente es tan dura como hermosa, la acumulación de kilometros, experiencias y falta de sueño se unen al peso de mi compañera la mochila, que con sus 13 kilos y la gravedad, maldito Newton, ponen un grado de dificultad a la ascensión.
Pero tras una reparadora parada a mitad de camino en Os Palancas.
La vuelta a la carretera es mucho mas facil con la barriga llena.
Eva, está en la biblioteca de Valeixe, tierra de buena gente, y se ofrece a subirme hasta A Cañiza, pero hay que llegar al pueblo andando, asi que declino su invitacion y dejo atras el antiguo centro urbano de la region, que ahora esta en A Cañiza, Paso O Couto, eva me adelanta y toma un foto de mi ascension.
Y tras un corto momento de duda, entro en A Cañiza dejando a mi derecha la casa de los Mera para ir directamente a Casa Eligio, aquarius y bocata de jamon con queso, el menú del día es barato y abundante, pero no tengo mucho apetito.
Delicioso delicioso.
Suena el teléfono, al otro lado, Martín, un hombre único, trabaja todo el día si hace falta, y me cuida muchísimo, el es el técnico de cultura del ayuntamiento, el no lo dice, pero casi vive en la casa de la cultura, y ademas es papi, yo de mayor quiero ser como Martin.
Vuelvo a la habitación 110
Aquí pasé la noche del 15 al 16 de abril, aquella vez que iba camino de este sueño.
Ducha, siesta carga de equipos y cafecito con Eva y Martín en el camping del pueblo. Uno de esos lugares donde vas una vez y te encuentras con clietes que han venido desde que abrió el camping, hace ya quince años, hermoso.
Os animo a conocer el resto del camping, repetiréis.
Y ahora toca descubrir el pueblo
Ahora que ya lo habéis visto, tenéis que vivirlo.