Sábado 24 de enero, 14:49 faltan un par de horas para la función, sentado en LaPlace, la cafetería que esta justo al lado del teatro, nervios, los normales, pero últimamente, me persigue una extraña sensación de desasosiego, vivir en manos de la incertidumbre a veces pasa factura y, estoy en uno de esos momentos.
Casi todo el mundo ve el resultado de nuestro trabajo, la parte que queda a la vista, la que iluminan los focos, pero nadie vive con nosotros los momentos previos, el no saber cuantas butacas se ocuparán, si los viajes fuera de casa serán rentable o, por el contrario, volveremos a casa con la orejas gachas y la sensación de una profunda desilusión.
Hay peajes que son necesarios, la soledad, encontrarte solo en un entorno que no es el tuyo y donde nadie sabe quien eres o que haces, imagino que poco a poco, a medida que aumenten los viajes y comience a repetir destinos, todo irá cambiando, pero mientras tanto, toca hacer callo y, con la responsabilidad de mantener una familia, a veces, solo a veces, dan ganas de subirse al carro de la normalidad.
Supongo que este tipo de sensaciones son normales, sobre todo cuando se viaja solo, pero no me gusta un pelo, espero que se vaya disipando con el paso de los días.
Ahora toca sacudirse el polvo del camino y prepararse para darlo todo aquí, en Salamanca.
Hasta después de la función